¿Es una obsesión? Aprendiendo a identificarla

Posted by Reyes On jueves, 21 de septiembre de 2017 9 comentarios
Esta es, con diferencia, la pregunta clave. La que os cuestionáis cada vez que el miedo y la ansiedad "aprietan" y la que me trasladáis con más frecuencia.
Desde mi experiencia, considero que la tarea más difícil que tiene que realizar la persona que sufre toc es la de reconocer su obsesión en el momento en el que aparece y cada vez que vuelve a presentarse, (aún cuando lo hace con un aspecto diferente).
Y es que aunque la obsesión la produce el toc, distinguirla de un pensamiento real resulta muy complicado. Por eso, muchas veces el afectado acaba analizándola.
El inconveniente es que con este comportamiento, (y cuando realizamos un acto físico para neutralizar nuestra ansiedad), le damos veracidad a la obsesión y de esta manera fortalecemos el cuadro obsesivo.

Sabemos que las obsesiones son, (por definición psicológica y psiquiatrica), pensamientos intrusivos los cuales malinterpretamos y a los que damos una valoración o importancia que no tienen.
Todas las personas sufrimos la presencia de pensamientos intrusivos que aparecen en nuestra mente y nos sorprenden por su contenido molesto y absurdo, (un contenido con el que no nos identificamos). Son rápidos, casi inmediatos, (pueden producirse en menos de 2 segundos).
Pero tenemos confianza en nosotros mismos por lo que somos capaces de distinguir un pensamiento real, (desarrollado desde nuestros principios y forma de ser y sentir más intrínsecos y profundos), del puro y mero embelesamiento, (ese entretenimiento de nuestra mente que no podemos controlar, que ni siquiera habla de nosotros si no tal vez de cosas que hemos visto o vivido y asociamos: sin más).
Sabemos que la imaginación no tiene límites y que imaginar no implica si siquiera pensar, (mucho menos sentir).
Imaginar me temo que supone sólo una consecuencia más de estar vivos.
Pero, ¿qué sucede cuando estos pensamientos intrusivos son malinterpretados y sobrevalorados, quién sabe si sólo porque existe una predisposición genética o además porque intervienen otros factores medio-ambientales como una educación rígida, la cultura o situaciones que nos dejan en una condición de vulnerabilidad?

Pues que la persona da por supuesto que se trata de un pensamiento creído y realmente deseado: un pensamiento originado por su forma de sentir. (Algo así como su subconsciente intentando decirle algo).
A veces sucede también que le genera tanto miedo, que exagera las probablidades de que pueda ser cierto o materializarse.
Si además, irrumpe en un momento en el que se encuentra estresada o angustiada, es posible que lo haga en forma de impulso.
En cualquier caso, la idea primero le asusta, después comienza a preocuparle y si pierde mucho tiempo analizándola, acabará dudando acerca de su veracidad y convirtiéndola en una obsesión.
Una obsesión que le generará un malestar ansioso tal que le obligará a realizar un comportamiento que logre neutralizarlo. (Este puede ser desde un análisis mental de la obsesión, lo que conocemos como rumiación, hasta una compulsión, es decir: un acto físico de evitación, comprobación, repetición...) Y todos sabemos en qué acaba eso...

Por mi experiencia personal y las que he podido ir conociendo a lo largo de estos años, humildemente creo que el afectado por toc tiene una autoestima muy baja y no confía en sí mismo. También que presenta una rigidez moral y una necesidad de autocontrol muy elevadas. El componente genético además, es innegable. Tal vez por todo ello, realiza una interpretación errónea del pensamiento intruso dando lugar así a una creencia irracional a la que además, otorga una valoración o importancia desmedida.
Si no es capaz de cambiar esa percepción es muy probable que ésta acabe condicionado su vida en forma de rumiaciones y compulsiones infinitas.

Por eso considero que es tan importante aprender a identificar las obsesiones. En este sentido, la psicoeducación resulta esencial.
Ante la presencia de una idea que nos incomoda, es natural que nos intentemos proteger. Pero debemos poner límites racionales si no queremos acabar perdiéndonos en el complejo e infinito mundo de la imaginación dónde prácticamente todas las suposiciones tienen cabida y donde la comprobación en el plano de la realidad resulta imposible.

A lo largo de estos años, (y prácticamente con cada caso nuevo), me he encontrado con la misma pregunta: ¿Cómo puedo saber que este pensamiento realmente es una obsesión?
Intentando ofrecer una respuesta que no albergara dudas, (aunque estemos hablando del toc que se nutre de ellas), lo cierto es que me encontraba a mí misma justificando siempre las mismas razones, (los mismos argumentos).
La obsesión cambia de un toc a otro pero se reconoce de una forma común: es un pensamiento negativo, recurrente y que genera un gran malestar.
Sin embargo, para el afectado resulta mucho más complejo.
Para intentar ayudarle a identificar rápidamente su obsesión, se me ocurrió un "método" de reconocimiento de la obsesión que permitiera diferenciarla de un pensamiento real y que fuera también, más sencillo.
No tiene una base científica confiable pero sí he podido demostrar que resulta de utilidad aplicado a los casos con los que colaboro desde el blog y como coterapeuta.
He pedido la opinión de algunos de los psicólogos de mi confianza, (especializados en la terapia cognitivo-conductual aplicada al toc), y me han dado su aprobación considerándolo una técnica válida dentro de la psicoeducación y un aporte de utilidad para incorporar durante el primer paso de los cuatro que tiene el método de Jeffrey Schwartz: el del reetiquetado.

Por ese motivo, hoy me gustaría compartirlo con todos vosotros desde el blog. Sé que la mayoría de las personas que lo visitáis, no os atrevéis a escribirme por privado o a publicar un comentario y me gustaría poder ayudaros a reconocer la obsesión y a diferenciarla de un pensamiento real para aliviaros en lo que me resulte posible.
En cualquier caso, antes de decidir aplicarlo, os rogaría que lo consultárais previamente con vuestro psicólogo/a para que fuera él, (ella), quién os indicara si puede ser provechoso en los tiempos de terapia en los que os encontráis, vuestra situación concreta y otros aspectos importantes que son diferentes en cada caso.
Mi deseo es poder aportar, (desde mi experiencia), aquello que creo que pueda ayudaros pero en ningún caso sustituir la labor del profesional.
Por eso, os pido, (por favor), que lo consultéis con él, (ella), antes de tomar la decisión de ponerlo en práctica. ¡Muchísimas gracias!!!!

El "método" o formulación propone 5 preguntas al paciente en relación a la idea que le perturba. Si las 5 resultan afirmativas, entonces esta idea es una obsesión. (Y por tanto, no es un pensamiento real con el que debamos identificarnos). La idea que invade tu mente, ¿cumple con estos 5 requisitos?

1.¿Es negativa? Su contenido te desagrada.
2. ¿Se repite en tu mente? No desaparece si no que está presente como una preocupación excesiva o cuando consigues desconectar, vuelve a presentarse...
3. ¿Te hace dudar acerca de si es real? Por ejemplo, ¿dudas si te pertenece, la sientes y crees o dudas acerca de si está sucediendo verdaderamente o podría pasar? Unas veces, parece que sí, otras que no... (Ya no sabes qué pensar).
No puedes comprobar su veracidaz, (es un temor), aún así, para ti las probabildades de que sea cierta son demasiadas.
4.¿Te genera mucho malestar, (y a veces también culpa)? Cuando aparece, sufres muchísimo y en ocasiones, te sientes culpable por sufrir su presencia.
5. Al resto de personas de tu entorno, esta idea no les afecta como a ti o cuando se la explicas, no la ven igual que tú ni les obliga a actuar como tú lo haces ¿Verdad?

Recordad que resulta fundamental consultar con vuestro psicólogo antes de comenzar a utilizar esta fórmula pero si contáis con su aprobación, deseo, (de todo corazón), que pueda ayudaros a identificar las obsesiones para poder llegar a superarlas exitosamente.

No somos esa canción pegadiza que se nos mete en la cabeza, (que ni siquiera nos gusta): somos la que cantamos.
Vivir con miedo en base a probabilidades que sólo vemos nosotros y que no podemos comprobar a través de los cinco sentidos, (como muy bien indicaba la psicóloga clínica Sara Llorens), es la cárcel del toc.
Para salir, se necesita ayuda pero tened por seguro que la llave, (copio a mi querido Damián), la tenéis vosotros.

No estáis solos, (solas). Existen muchas personas diagnosticadas con toc en el mundo que se reúnen en grupos y asociaciones de ayuda mútua. Profesionales psicológicos y psiquiátricos especializados en esta afección con una humanidad infinita y finalmente, se encuentran vuestros familiares y amigos.
Por eso, no os encerréis en vosotros mismos y buscad ayuda. Solo sabemos de lo que somos capaces cuando lo intentamos. Yo creo que las dos fuerzas que dependen de nosotros y que verdaderamente hacen la diferencia son el amor y el esfuerzo.
Yo sé que puede sonar a lo de siempre, (a tópico), pero de las generalidades surgen algunas verdades.

Para despedir esta entrada, me gustaría dejaros diferentes fragmentos de un texto del escritor y cantautor argentino tristemente fallecido Facundo Cabral que me ha cautivado. Se titula "No estás deprimido..." y quería compartirlo con vosotros porque aunque se refiere a una actitud frente a la vida, (la suya: conmovedora, inspiradora y admirable), se puede aplicar también para vencer al toc.

OS QUIERO,

Reyes Corbató


"No estás deprimido, estás distraído...
Distraído de la vida que te puebla (...) No encuentras la felicidad, y es tan fácil, sólo debes escuchar a tu corazón antes que intervenga tu cabeza que complica todo con cosas viejas, con órdenes del pasado, con prejuicios que enferman, que encadenan: la cabeza que divide, es decir empobrece, la cabeza que no acepta que la vida es como es, no como debería ser.
Haz lo que amas y serás feliz.

El que hace lo que ama está benditamente condenado al éxito que llegará cuando deba llegar porque lo que debe ser será y llegará naturalmente."

(...)Si escucharas al otro, al que llevas dentro, sabrías todo, en todo encontrarías algo para ti entonces te elevarías constantemente y ya no habría confusión si no matices, y en esa serenidad no buscarías nada entonces encontrarías todo y estando en el presente dirías y harías lo que hay que decir y hacer a cada momento, natural y graciosamente sin esfuerzo, lo que haría que tu relación con los demás, fuera plena.

(...) La ignorancia nos hace sentir encerrados y mortales, es decir que nos encerramos y nos limitamos solos.

(...) No estás deprimido, estás distraído...

De la paz, por eso te pregunto cuando vas a dejar de pelear para comenzar a vivir porque no se pueden hacer las dos cosas a la vez.

(...) Cuando sientes que no eres lo que piensas, puedes volar, el principio y el final, es decir la vida y la muerte son invenciones de la mente como cuando sufres porque tu hijo se va acostumbrado a pensar que solo eras padre.

(...) Cuando dices no puedo, estás diciendo no quiero.
Ya hay demasiados mártires, necesitamos héroes; levántate y anda, yo te acompaño como te acompañarán todos los que se animarán a vivir mejor, los que terminan favoreciendo a toda la humanidad que es la grandiosa empresa a la que pertenecemos todos.

(...) Si tienes la cabeza dividida verás el mundo dividido, si trabajas por obligación serás un desocupado, un desdichado más, si tienes miedo no conocerás al amor que es valentía.

(...) No estás deprimido, estás distraído...
Del presente donde sucede la vida (...) El ilusorio tiempo que te empuja y la eternidad que te permite cambiar de rumbo y recomenzar a cada instante.

(...)No estás deprimido por algo que pasó, sino distraído del todo que es ahora mismo.

El autor nos recuerda que la felicidad es, (en gran parte), una actitud, nos invita a reinventarnos desde nuestra esencia y con naturalidad y también, a interpretar el mundo, (y la vida misma), desde la positividad.
Yo añadiría, (si me da su permiso, desde el cielo), en lo que dependa de nosotros, ¡hagámonos la vida agradable! ;"-*********************************

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