Ángel: al otro lado del miedo.

Posted by Reyes On martes, 8 de marzo de 2016 46 comentarios


"El hombre es un mendigo cuando piensa y un Dios cuando sueña" dijo el poeta alemán Friedrich Hölderlin. Él lo sabía, sí, (y todos nosotros, en realidad), pero ¿cuántos nos atrevemos a soñar?
Al igual que hizo Hölderlin, la mayoría pensamos, (yo la primera), y pensando... se nos pasa la vida.
Pero siempre hay excepciones: personas que se han atrevido a poner sus fuerzas al servicio de las demandas de sus corazones, (las únicas que deberían importarnos), personas que han descubierto que la verdadera vida, se encuentra al otro lado del miedo; personas que, además, se atreven a contarlo para enseñarnos el camino a las demás.
Sin embargo, todavía hay quién va más allá... Aunque cueste creerlo, yo he conocido a alguien que, aún cuando no podía escuchar a su corazón porque había muchísimo ruido, sin ningún tipo de guía, sin ayuda, (incluso sin perspectiva de futuro ni tan siquiera esperanza), se enfrentó a todos sus miedos. He conocido a alguien que pasó de ser mendigo a convertirse en Dios, (para mí, lo es), porque dejó de pensar y comenzó a luchar. No tenía un sueño pero sí un instinto de supervivencia que, de verdad, yo desconocía que pudiera llegar a existir.
La naturaleza, a veces, crea seres EXTRAORDINARIOS.Y si tienes la fortuna de coincidir con ellos, ¡EL MILAGRO ES DOBLE!!!!

GRACIAS, ÁNGEL, POR DARME LA LECCIÓN DE VIDA MÁS INCREÍBLE QUE PODRÉ RECIBIR JAMÁS. ¡Ojala pueda llegar a aplicarla, algún día, con sólo la mitad de sabiduría y fortaleza con la que has demostrado hacerlo Tú!!!) ;"-***************************************************
(Sabes que te admiro y que te quiero, pero lo que no imaginas es CUÁNTO...)

Aquí os dejo el relato que el propio Ángel ha redactado de su experiencia personal con el Toc con la esperanza de poder ayudar a otros afectados. Una historia de superación real que supera la ficción.
(Os adjunto, además, el link con su ponencia en la IV Reunión sobre el Toc que organizó la Asociación Toc Granada para que podáis conocerle un poquito mejor).
Enlace: https://youtu.be/biBwQzL8e5Y

POR SIEMPRE: ¡GRACIAS!!!!!!!!...

Reyes Corbató

RELATO DE ÁNGEL

Se supone que debo cerrar completamente la puerta y comprobar que verdaderamente está cerrada, sentarme y levantarme tres veces, colocar primero la mano derecha y luego la izquierda, encender el ordenador y empezar a escribir, pero creo que voy a saltarme todo eso y simplemente hacer lo que verdaderamente quiero hacer, contar mi historia.

Mi nombre es Ángel, al nacer lo primero que dijo la comadrona fue "este chico va a ser puro nervio", y creedme acertó. La primera vez que mi cuerpo manifestó lo que llevaba dentro fue a los siete años, era puro nervio y los primeros tics se manifestaron, básicamente eran parpadeos con los ojos, o ciertos movimientos con el cuerpo, fue pasando el tiempo y esos gestos eran casi permanentes, me llevaron al médico y los primeros diagnósticos fueron que eran tics, que era “puro nervio”. Con el paso del tiempo esos tics se fueron manifestando cada vez más, de tal modo que todo el mundo era consciente de ello menos yo. Volvieron a llevarme al médico y esta vez aparecieron ya las primeras palabras que todos conocemos, manías, obsesiones, compulsiones, me dijeron que tenía Síndrome de Tourette. Fue pasando el tiempo y tras varias visitas empezaron a sonar las tres siglas que todos nosotros conocemos "TOC". Seguí con mi vida sin ningún cambio y sin hacer nada ya que los diagnósticos no acaban de ser claros, y aquí es donde verdaderamente comienza mi historia.


Yo siempre he tenido una “vida normal”, gracias a mis padres a quien les debo diez vidas a cada uno, era un chico de puro nervio, muy atento, sociable y dispuesto a comerme el mundo, si os soy sincero os podría contar toda la historia y de lo único que me doy cuenta al hacerlo es que por fin todo tiene sentido.
Me imagino que todos tenemos idea de que es lavarse las manos cien veces al día, que todo este colocado en su sitio, pisar las baldosas sin hacerlo es las rayas que las unen, comprobar mil veces que hemos cerrado la puerta, etc. Para no aburriros demasiado os contaré alguna que quizás aún no conozcáis.
Al principio eran cosas muy puntuales, el día a día se desarrollaba de una forma casi normal, recuerdo tener que rezar y santiguarme 3 veces antes de entrar a jugar a un deporte que me encantaba, el frontenis, alguna vez me tenían que vocear para que me diera cuenta de que estaban esperándome, al meterme en la cama debía de levantarme para rezar y arrodillarme antes de hacerlo, a medida que fue pasando el tiempo lo que más me llamo la atención es que yo ni siquiera creo en Dios.
Cuanto estaba nervioso mi cuerpo se manifestaba con los tics, lo que no se es cuales eran realmente debidos a los nervios y cuántos eran parte de lo que ya se había convertido en una compulsión, los ojos, movimientos de brazos, abrir y cerrar la boca, estirar partes del cuerpo. La verdad es que he podido llevar una vida muy normal, debido a que no era consciente de lo que realmente pasaba.
Si os soy sincero podría contaros lo que hacía día a día, cosas de las que ahora mismo soy consciente y por supuesto por fin tienen su "porque", pero necesitaría mil páginas para poder hacerlo.

El tiempo fue pasando y sin querer hice todo lo contrario de lo que debería haber hecho, salía unas cuantas veces a la semana, digamos que la juerga acompañada de lo que la rodea es una forma de callar eso que llevamos dentro y de hacer que no se manifieste. El cuerpo me dio un aviso de que algo estaba haciendo mal, comencé a tener cada vez más tics, más compulsiones centradas básicamente en movimientos repetitivos físicos, tantas que mi cuerpo llego a quedarse casi inmóvil cuando realmente no había ninguna razón para que eso pasara. Me llevaron al hospital donde me dieron algo para calmarme, tanto me calmó que me quede realmente inmóvil, no podía mover ninguna parte de mi cuerpo, regresé al hospital y estuve ingresado una semana hasta que todo volvió a la "normalidad". Volvieron a salir las palabras, tics, nervios, Síndrome de Tourette, etc. Yo no hice caso de nada, los tics estuvieron mucho tiempo a mi lado, ya no sé muy bien si realmente eran tics o movimientos que hacía yo porque quería, seguí con mi vida sin cambiar mis hábitos y mi forma de vivir el día a día, sofá, televisión, alcohol, tabaco...

De repente mi cuerpo volvió a darme señales de que algo no iba bien, comencé a sentirme mal, tener fiebre y si os soy realmente sincero poco más os puedo contar ya que no tengo casi recuerdos de aquello. En este caso fue algo que no tiene nada que ver ni con mi forma de vida ni con el TOC, tuve una encefalitis herpética, la cual me hizo estar nuevamente ingresado y volver a un sofá. Con el paso del tiempo fui mejorando, de hecho doy gracias de que a pesar de lo que fue estoy como si nada de eso hubiese pasado.
Después de un largo tiempo en el sofá sin ser muy consciente de donde estaba, algo dentro de mi empezaba a manifestarse, empecé de nuevo con obsesiones y compulsiones, las cuales cada vez se iban agravando mucho más, para resumiros de alguna forma lo que llegue a hacer os diré que las obsesiones y las compulsiones llegaron a ocupar las 24 horas del día, desde que me levantaba con el pie derecho, hasta que me acostaba nuevamente siendo este el último en pisar el suelo. 
Siempre intento explicarlo diciendo que aquello a lo que llamamos TOC, yo lo convertí en mi "religión".

Empecé a ver que realmente algo no iba bien, me metí en internet a buscar información, algo que me pudiera aclarar lo que realmente pasaba, es en ese momento donde por primera vez vi esas tres letras juntas "TOC". Comencé a estudiarlo un poco, a intentar entender lo que realmente era, todo cuadraba con lo que pasaba, Terapia Cognitivo Conductual, formas de tratarlo, había varias opciones para enfrentarse a ello, pero algo dentro de mi me decía que debía de hacerlo yo mismo, podrían indicarme el camino a seguir, pero realmente era yo el que debía enfrentarse a ello y elegí hacerlo solo, sin ayuda, sin nadie a mi lado, no sé si fue una buena o una mala decisión, pero hoy en día me siento orgulloso de ello. Aquí es donde necesitaría otras cien páginas para poder contaros mi historia, intentaré resumirlo diciendo que cada día me levantaba solamente con una idea en la cabeza, "luchar", tenía que luchar.  Aún recuerdo como cuando fui verdaderamente consciente de lo que realmente me pasaba dije “ya esta, ahora que lo sé ya me he curado", madre mía, esos días, esos meses, se convirtieron en más de dos años.

El más claro ejemplo que tengo de lo que realmente me pasó, es que antes de ingresar por primera vez nació mi primo pequeño, alguien por el que daría mi vida solo con que él me lo pidiera, me acuerdo de verle al nacer, la siguiente vez que fui consciente de que realmente estaba a mi lado ya tenía tres años, tengo fotos con él, tengo cientos de fotos de esos años de los que ni siquiera me acuerdo de haberlos vivido.
 
Me levantaba con el pie izquierdo, no me lavaba las manos, solo bajaba una vez las escaleras, y de nuevo con el pie izquierdo, solo daba una vez la luz, y miles de ejemplos que os podría contar, digamos que hice eso a lo que llamamos "ensayo y error", sin querer lo que hacía realmente era cambiar unas compulsiones y obsesiones por otras y aunque estos comportamientos fueran mejores que los anteriores seguían siendo eso, compulsiones y obsesiones que realmente no controlaba, así que seguí y seguí cambiando mis hábitos, intentando diferenciar verdaderamente aquellos que realmente quería hacer de los que mi cuerpo y mi cabeza hacían por mí. Pensé que tener la opinión de una tercera persona que pudiera de forma objetiva decirme todo lo que hacía podría ayudarme en mi lucha, fue entonces cuando decidí escribir una especie de diario, en el cual escribiría todo lo que hacía durante un día, tanto actos físicos, como pensamientos, obsesiones y compulsiones. Antes de irme a la cama, cogía ese diario y leía atentamente todo lo que había escrito el día anterior, llamadme profeta, elegido o como queráis, pero adivinar exactamente un día antes todo que iba a hacer el día siguiente era muy raro. Empecé a escribir todos esos pensamientos y todos los actos repetitivos que hacía para así poder identificarlos cada vez que los tuviese. Seguí luchando, pero estaba atascado, cada vez más nervioso, con menos fuerza debido al estrés y la falta de sueño que todo eso me producía, entonces decidí dejar el sofá, cada vez que no podía más simplemente salía a correr, sin motivo alguno la verdad, bueno si os soy sincero creo que lo hacía verdaderamente para intentar huir de alguna forma de todo lo que me pasaba, fuera por lo que fuese lo que verdaderamente paso es que me di cuenta de que al hacer deporte mi mente y mi cuerpo se relajaban y no solo eso, sino que al terminar, tenía más fuerza aún para seguir luchando.

Poco a poco fui cambiando completamente mi forma de vida, deporte, una buena alimentación, descansar adecuadamente, dejar los malos hábitos. Al principio no era consciente de ello, pero cada vez tenía más fuerza, y no solo física sino también mental, pero todavía faltaba algo, algo que de alguna manera me motivara para hacer todo, y me hiciera continuar en esos momentos que no podía más, entonces fui consciente por primera vez en mi vida de donde se esconde el verdadero secreto de mi fuerza, “LA MÚSICA”.
Ahora tenía las armas necesarias para seguir luchando y es lo único que hice, luchar, cada vez con más fuerza y sin pensar nunca en rendirme, solo en continuar.

Empecé a enfrentar nuevamente a todo, primero vencí aquellas obsesiones o compulsiones que para mi eran menos graves (por decirlo de alguna manera), al ser consciente de que podía vencerlas, continúe haciéndolo con todas las demás. Había momentos en los que tenía una fuerza increíble y podía enfrentarme a todas, pero había otras veces que no tenía tanta fuerza y ellas volvían a ganar, fue cuando decidí que en esos momentos era cuando debía usar mi arma secreta, la música, a la que acompañaba con el deporte, de tal forma que entretenía mi mente y no solo eso sino que recuperaba fuerzas para continuar. A medida que pasaba el tiempo cada vez era más fuerte, más consciente de todo lo que había en mi mente y de algo que verdaderamente fue lo más importante, que podía, podía vencer, de alguna manera empecé a entender que todo era "una mentira", no eran cosas reales. Seguí enfrentándome a todas las obsesiones y compulsiones, incluso cuando no las tenía, pensaba en ellas o en otras parecidas, y así darme cuenta de alguna manera de que podría haber mil cosas diferentes a las que temer o con las que obsesionarte, pero que yo podía vencer. No solo me enfrentaba a todo, sino que hacía justo lo que mi cabeza decía que no tenía que hacer, no era fácil, había algo ahí dentro que cada vez que lo hacía quemaba por decirlo de alguna manera, pero al enfrentarme a todas y cada una de las obsesiones o compulsiones veía que no eran reales, y no solo eso, sino que sin querer lo que verdaderamente estaba sucediendo es que cada vez tenía más fuerza, y menos miedo, no solo a esos pensamientos, sino que también en la vida real. Es fácil evitar nuestros miedos (obsesiones y compulsiones) evitando las acciones o pensamientos con las que los relacionamos, lo difícil es realizar esas acciones y enfrentarse a esos miedos sin acudir a ellas y vencerlos. Tenemos dos opciones, aislarnos del mundo que nos rodea y centrarnos en nuestras obsesiones, compulsiones y nuestros miedos, o simplemente ser conscientes de lo que verdaderamente nos rodea, poco le importa al universo si nos levantamos con la pierna derecha o con la pierna izquierda, si pisamos o no las rayas, o si hacemos diez veces la misma cosa, lo que realmente importa es el mundo en el que vivimos, la familia, los amigos, las cantidad de oportunidades que hemos dejado escapar debido a esa coraza que nosotros mismos creamos y hacer lo que verdaderamente debemos hacer, disfrutar de la autentica "vida real".

Quizás algún día cuente toda mi historia, pero lo que realmente quiero deciros con todo esto es que se puede, se puede vencer a eso a lo que llamamos TOC, debemos luchar, luchar y luchar. No sé explicaros como me siento, solo puedo deciros que de alguna forma he podido apreciar lo que realmente es la vida, es un privilegio por el que debemos dar las gracias cada día y aprovecharlo al máximo, sin perder un solo instante.
 
"Me gustaría poder deciros que es fácil, pero lo que si tengo claro que puedo deciros, es que merece la pena"

 
                               ¡¡¡Por favor, nunca dejéis de luchar…!!!
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