Tratamiento del Trastorno Obsesivo Compulsivo (TOC) y su eficacia

Posted by Reyes On lunes, 20 de agosto de 2012 136 comentarios
Se considera actualmente que el mejor tratamiento para un Trastorno Obsesivo Compulsivo, (por su contrastada eficacia), es aquel que combina la terapia psicológica del tipo cognitivo-conductual, con el tratamiento psiquiátrico- farmacológico que incluye:

-ansiolíticos, (Benzodiacepinas): como Alprazolam, Clonazepam y Bromazepam
-antidepresivos: Los de elección por su contrastada eficacia son los llamados Inhibidores Selectivos de la Recaptación de Serotonina y son: Fluoxetina, Fluvoxamina, Paroxetina y Sertralina. (En los últimos años, se han ido añadiendo la Clomipramina, el Citalopram y Escitalopram)
-neurolépticos, (éstos sólo se recetan en algunos casos): Risperidona, Haloperidol, Levomepromazina y Olanzapina.

La Terapia psicológica de elección para tratar una neurosis obsesiva, (Toc), es la llamada Terapia Cognitivo-Conductual. Dentro de esta corriente, una de las terapias más utilizadas es la conocida como "Terapia de Exposición y Prevención de Respuesta". Esta técnica, consiste en exponernos a nuestras obsesiones evitando realizar las compulsiones o rituales que alivian nuestra ansiedad de forma momentánea. (Por ejemplo, si el afectado teme poder contagiarse por una enfermedad como el sida si entra en contacto con un agente externo, deberá enfrentarse a esta situación, estrechándole la mano a un desconocido sin lavarse posteriormente las manos).
Dentro del marco cognitivo-conductual, se utilizan, (además de esta terapia que acabo de citar), algunas otras:
- Existe la “Exposición Imaginaria”, (usada en los casos en los que las obsesiones no resultan accesibles, tales como miedos a que sucedan tragedias, aparición de imágenes intrusivas, etc).
- También hay una técnica llamada “Entrenamiento en Habituación y Parada del Pensamiento”, a la que se recurre en algunos casos de Toc donde no aparecen compulsiones aparentes, sino que el afectado rumía mentalmente, (es decir, analiza sus obsesiones, muchas veces, intentando descubrir si puede existir algún componente real en ellas).
- Otra de las técnicas es la que se conoce como “Entrenamiento en Habituación” (ésta fue, concretamente, la terapia que yo realicé obteniendo muy buenos resultados). El paciente tiene que escribir en un papel y de forma reiterada, sus obsesiones, (aquellas imágenes o ideas negativas que se repiten en su mente y le generan malestar y duda). Después, queda terminantemente prohibido “compulsionar” o rumiar, (analizar mentalmente las obsesiones). En su defecto, el paciente tiene que sobrellevar su ansiedad. Transcurrido un período de tiempo que determina el psicoterapeuta, ambos, profesional y paciente, se sientan a leer las obsesiones que, en su momento, escribieron juntos. Después de haber aguantado la ansiedad que le producían sus muchas obsesiones durante días consecutivos, (y gracias al efecto de la medicación), el paciente es capaz de descubrir por sí mismo, (cuando relee las obsesiones escritas en la hoja y con la perspectiva que ofrece el tiempo), la falsedad de las mismas.
Se da cuenta de que nunca las pudo pensar, sentir, creer o desear sino que sólo se le ocurrieron de forma reiterada, llegando a hacerle dudar porque estaba afectado por una enfermedad. Es así como el paciente logra desenmascarar al fantasma del Toc.
(También se puede grabar en una cinta de video o casette al propio paciente, relatando sus obsesiones. El resultado que se pretende obtener es el mismo).

Existen otras técnicas psicológicas. El psicoterapeuta será quién instaurará la más adecuada para las necesidades específicas del paciente y su caso concreto.
El éxito de estas terapias radica en la experiencia y el saber hacer del profesional, y en el seguimiento adecuado por parte del afectado. (Asimismo, se recomienda que estas técnicas se realicen de manera continuada y no se aíslen en el tiempo para garantizar los mejores resultados).

Sabemos que un Toc es un trastorno de ansiedad y la ansiedad, sube y baja, pero también puede llegar a controlarse. En un momento puntual de nuestras vidas, quienes somos más propensos a padecer una neurosis obsesiva, la llegamos a desarrollar porque nuestra ansiedad llega a puntos muy elevados y se desborda. Pero si somos capaces de eliminar el cuadro obsesivo que aparece en un determinado momento,(acabamos con sus obsesiones y sus compulsiones o rituales concretos), es posible que éstos no vuelvan a aparecer a lo largo de nuestra vida.
Al tratarse de ansiedad, ésta puede volver a incrementarse más adelante. Como tenemos rasgos obsesivos que nunca desaparecen porque forman parte de nuestra manera de ser, si la ansiedad se incrementa, lo más probable es que nuevamente necesite salir afuera y quiera hacerlo en forma de Toc (con obsesiones “nuevas” si no "nos curamos" bien de aquellas que aparecieron inicialmente). Pero como conocemos la técnica psicológica para reconocer las obsesiones y “no darles cancha”, si éstas vuelven a querer aparecer, (ya sea con la misma apariencia o bajo otra forma diferente), vamos a ser capaces de evitar que se conviertan en tales obsesiones. Lograremos no otorgarles importancia, consiguiendo, de este modo, que vayan desapareciendo de forma progresiva. (De la misma manera, conseguiremos no dar cabida a las compulsiones, las rumiaciones, ni a los rituales).
Lo más importante, desde mi propia experiencia, es recibir el mejor tratamiento psiquiátrico y psicológico, y con la mayor frecuencia posible, (sin espaciarlo en el tiempo ni seguirlo a medias), en los inicios de un Toc para obtener los mejores resultados. (Si no puede ser en sus inicios, en cuanto resulte posible, pero con la mayor autodeterminación por parte del paciente y del psiquiatra y psicólogo).
El objetivo que se pretende es intentar resolver el cuadro obsesivo concreto, (es decir, conocer cuáles son las obsesiones, ser conscientes de que carecen de sentido, perderles el miedo y no compulsionar, ni rumiar; tampoco ritualizar, así hasta conseguir reducir progresivamente la sintomatología completa del cuadro, confiando en que pueda ser de forma definitiva).
En definitiva, se trata de hacerle frente al propio Toc hasta ser objetivamente más fuertes que él.

Por desgracia, la mayoría de las personas afectadas por un Toc no recibe el tratamiento adecuado, (o bien recibe sólo tratamiento psiquiátrico o sólo psicológico, pero muy raras veces recibe ambos de forma combinada, y es aquí donde radica el problema, pues SE PRECISAN AMBOS para garantizar los mejores resultados).
Asímismo, no debemos olvidar que se trata de un camino muy duro y muy largo de recorrer. Esto hace que muchos pacientes abandonen el tratamiento o no lo realicen correctamente. La terapia psicológica, se abandona o se espacia demasiado en el tiempo, (cuando debe recibirse de forma continuada), o tendemos a reducir la medicación, al notar que nos afecta en exceso, etc. Aquí es donde el apoyo y la ayuda del entorno cobran importancia. Sin la colaboración directa de la familia, no es exagerado afirmar que MUY DIFÍCILMENTE un afectado por el Toc consigue mejorar con éxito, ya que se trata de una enfermedad especialmente cruel, (lo “lógico” es que el paciente pierda la esperanza).
Recordemos que, al igual que sucede con el resto de enfermedades, acertar con el tratamiento puede determinar la mejoría o el empeoramiento de la sintomatología y la evolución del paciente, es decir, EL TRATAMIENTO RESULTA DETERMINANTE PARA GARANTIZAR LA RECUPERACIÓN DEL AFECTADO. DEBEMOS, PUES, COMBINAR EL TRATAMIENTO FARMACOLÓGICO (que prescribirá siempre un psiquiatra), CON EL PSICOLÓGICO (el más recomendado, insistimos, es el COGNITIVO-CONDUCTUAL), si queremos obtener los mejores resultados.

Además, mi recomendación es que el afectado apele al sentido común y a su inteligencia cuando surja su obsesión y la necesidad de compulsionar, ritualizar o rumiar. Se diga a sí mismo: “no es normal que reaparezca reiteradas veces en mi día a día una idea o imagen negativa de formas muy distintas pero en esencia, siempre con el mismo contenido. Esto no responde a una forma de ser o de sentir sino a una enfermedad que lo produce”. Y acto seguido, continúe con su rutina diaria, aguantando la ansiedad sin analizar estas ideas o imágenes y sin compulsionar. (Todo esto, una vez esté recibiendo el tratamiento farmacológico y la terapia psicológica adecuada). Insistimos en que la de elección, por su contrastada eficacia, es la de Exposición y Prevención de Respuesta.

Yo logré recuperarme de mi cuadro obsesivo. Aunque continúo siendo perfeccionista y auto exigente, lo cierto es que conseguí hacer desaparecer por completo las obsesiones y las compulsiones que me atormentaron durante una larga época de mi vida a modo de enfermedad, (concretamente de Toc). Supongo que siempre seré una persona con rasgos obsesivos, pero lo importante es que estos rasgos no se conviertan en obsesiones, (llegándome a molestar o a interferir en mi vida de forma significativa). Sin embargo, el mío no es un caso aislado. Otras muchas personas han conseguido superar el Toc (en el sentido de eliminar sus obsesiones y compulsiones, rituales o rumiaciones).
Con el tratamiento farmacológico adecuado, combinado con la terapia psicológica cognitivo-conductual, (realizada con continuidad), se consiguen resultados muy, MUY POSITIVOS. No hay que darse por vencido NUNCA. AL CONTRARIO, DEBEMOS BATALLAR SIEMPRE Y NO CONTENTARNOS SI NO ES CON LA MAYOR MEJORÍA QUE PODAMOS OBTENER. (El conformismo es lo que no nos permite avanzar en la recuperación, mientras que la esperanza y la perseverancia en la lucha son, al parecer, nuestra mejor garantía de éxito).

Reyes Corbató Etiquetas: Toc, Tratamiento Toc
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El Trastorno Obsesivo Compulsivo, (Toc), o neurosis obsesiva

Posted by Reyes On 146 comentarios

El Trastorno Obsesivo Compulsivo, (Toc), es una trastorno de ansiedad.
La persona que lo padece, sufre obsesiones y compulsiones. (En ocasiones, un Toc sólo produce obsesiones, en otras, sólo compulsiones, aunque generalmente, se presentan ambas).

Las obsesiones son ideas o imágenes negativas que se repiten en la mente del afectado de forma involuntaria y éstas, no se reducen a preocupaciones o problemas que surgen en la vida real.
Las compulsiones son comportamientos determinados que realiza el paciente intentando aliviar ansiedad.

Generalmente, las compulsiones se llevan a cabo para reducir la propia ansiedad que provoca la aparición de las obsesiones, aunque, hay veces, en las que aparecen compulsiones en ausencia de obsesiones, (como una especie de acto reflejo, es decir: la persona no es capaz de racionalizar el motivo por el que las realiza).
Cuando las compulsiones se repiten o las originarias dan lugar a otras nuevas, la realización de las mismas recibe el nombre de ritual.
Una alternativa a la compulsión, son las rumiaciones. Estas consisten en analizar la obsesión intentando descifrar si existe algún componente de realidad en ella.

Las obsesiones y las compulsiones, (incluidas las rumiaciones), producen un fuerte malestar en el afectado.
Las primeras, generan incertidumbre, desasosiego, culpabilidad, temor...Las segundas, interfieren en la rutina del paciente y le roban gran parte de su tiempo, (también, repercuten en su vida social y académica o laboral).
Tanto las obsesiones como la realización de las compulsiones, producen una fuerte ansiedad.
(Así pues, el Toc es un trastorno que origina la propia ansiedad y que, a su vez, genera más ansiedad: se retro alimenta).

Existen muchos tipos de obsesiones y de compulsiones.
Uno de los ejemplos de Trastorno Obsesivo Compulsivo más extendido puede que sea aquel en el que el paciente, presenta un miedo exagerado, (lo que vendría a ser una obsesión), a contagiarse por una enfermedad, (como el sida), si no mantiene una higiene determinada.
La compulsión en este caso concreto, suele consistir en lavarse las manos cada vez que se entra en contacto con un agente externo, (cuando se le estrecha la mano a un desconocido, se tocan las suelas de los zapatos, se abre la puerta de un restaurante, etc).
Hay un sin fin de obsesiones y a su vez, de compulsiones diferentes: desde la obsesión por el orden y la compulsión de ordenar, la compulsión de revisar que se realizó una tarea cuando aparece la obsesión, (a modo de duda, del tipo: ¿cerré bien la puerta o la llave del gas?), hasta cuadros, (si cabe, más molestos), en los que la obsesión responde a un supuesto temor a poder llegar a dañar a un ser querido, convertirse en homosexual, entre otras.
En estos últimos cuadros, las compulsiones pueden consistir en evitar las situaciones en las que el individuo se ve más expuesto a la aparición de sus obsesiones. De este modo, en el primer caso, el afectado puede rehuir las invitaciones a reuniones familiares, (por ejemplo), y en el segundo, evitar salir a pubs, gimnasios, y en general, lugares públicos.

Hay que reiterar que las obsesiones pueden ser muy diversas, (los ejemplos puestos anteriormente, son ilustrativos ), y aunque en su origen, acostumbran a ser relativamente concretas, con el paso del tiempo, lo más probable es que vayan aumentando resultando, cada vez, más complejas. (Sucede lo mismo con las compulsiones que irán incrementando volviéndose más laboriosas).


Las obsesiones y las propias compulsiones, son reconocidas por el afectado como irracionales o exageradas, (de hecho, muchas veces, las compulsiones no están conectadas de forma real con aquella obsesión que pretenden aliviar o tal vez, prevenir).
A diferencia de lo que sucede con otras afecciones psiquiátricas y/o psicológicas, una persona adulta que sufre Toc es consciente del contenido irracional de sus obsesiones y sabe, asimismo, que sus compulsiones son absurdas. Es decir: no pierde el contacto con la realidad.
No obstante, la persona que sufre Toc no entiende porqué le está sucediendo ésto, ni sabe tampoco, cómo hacer desaparecer sus obsesiones y/o sus compulsiones.
(Esto es normal ya que se encuentra padeciendo una enfermedad que, como sucede con cualquier otra, difícilmente puede curar por sí mismo).
Para él, resulta desconcertante la presencia reiterada de estas ideas o imágenes negativas. Se ve a sí mismo sufriéndolas y realizando actos, (compulsiones), que no podría justificar pero que tampoco puede dejar de hacer...(Le resulta imposible evitarlos).
Humildemente considero, (por mi propia experiencia pero también, por el testimonio de otras muchas personas que se han visto afectadas por esta enfermedad), que las palabras no podrían describir con justicia el sufrimiento que puede llegar a ocasionar un Trastorno Obsesivo Compulsivo en quién lo padece.

Afecta a hombres y mujeres. Puede aparecer a una edad más avanzada pero se estima que se origina mayoritariamente en la adolescencia o ya entrada la edad madura.
(También se ha detectado Toc en niños. Como sucede en el resto de ámbitos, se tiene que preservar el bienestar del menor y debemos prestar una atención especial a este colectivo por tratarse del más indefenso y vulnerable).

Según el Manual Diagnóstico y Estadístico de las Enfermedades Mentales, (DSM- IV), un Toc, (en el más complicado de los casos), puede llegar a ser incapacitante. (De hecho está incluido dentro de las 10enfermedades más incapacitantes por la Organización Mundial de la Salud: La OMS).
Además, el desarrollo de esta enfermedad puede crear comorbilidad, dando lugar así, a enfermedades como la tricotilomanía, (arrancarse el pelo), fobia social, agorafobia; disformofobia, (preocupación excesiva por el propio aspecto físico), anorexia o bulimia....
Cuando un Toc se prolonga en el tiempo, también es habitual que degenere en un cuadro de depresión importante.

Aún, en la actualidad, se desconocen la causas del Toc.
Los antidepresivos llamados ISRS, (Inhibidores Selectivos de la Recaptación de Serotonina), (junto con las ansiolíticos y neurolépticos), ofrecen una eficacia considerable en el tratamiento de la enfermedad. Esto, (para muchos especialistas), indicaría que la causa del Toc puede hallarse en una alteración del neurotransmisor: serotonina. (Este, ayuda a regular el estado de ánimo, los impulsos o la agresividad).
Existen, además, estudios e investigaciones que sugieren como posible origen del Toc, (o factor desencadenante), ciertos aspectos genéticos y hereditarios, (como una relación con el fenotipo A). También, recientes técnicas de imagenología han comprobado que existe una conexión con un substrato hipofuncional del sistema neuroendocrino.
Como posibles factores sociales desencadenantes o contribuyentes, se estiman educaciones y/o culturas rígidas, (estrictas o autoritarias), donde se exige el cumplimento de normas morales o relacionadas con el orden, la religión, la limpieza...
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